Jugando entre Fuego y Hielo
By : McQueen, PrologoNº1
…“! Entonces, quítate esa armadura para que pueda ver quién eres en realidad!- le exigió
-No puedo quitármela. Tengo que estar preparado para montar en mi caballo y partir en cualquier dirección – explico el caballero
- Si no te quitas esa armadura, cogeré a Cristóbal, subiré a mi caballo y me marchare de tu vida”...
-No sé porque tengo la impresión de sentirme tocado por tus
palabras– susurró desde la cama mientras miraba a la muchacha que dejaba el
libro que momentos antes había tenido en sus manos sobre una pequeña mesa, se
levantaba del sillón en el cual cómodamente había estado acurrucada y se
acercaba a él, cogió unos algodones y una pequeña botellita de alcohol de la
mesita de noche y se sentó a su lado, el se acomodo como pudo apoyándose en las
cabeceras el dolor de los múltiples golpes le era más latente ahora que no estaba sedado por
la anestesia –
- Me alegra que ya despertaras, estaba comenzando a extrañar
mi cama – dijo ella con una autentica
sonrisa – Por cierto soy Elena – diciendo esto empapo unos algodones y los
coloco en la frente del muchacho, en la cual había una pequeña herida, luego
realizo el mismo procedimiento junto a su boca en la cual tenía una herida algo
más visible por los golpes-Me sorprende que estés vivo, como te la has liado
con esos narcos?- pregunto mientras colocaba unas pequeñas banditas en la
herida de la frente del muchacho-
-No lo recuerdo muy bien- cerro los ojos unos momentos,
cuando los volvió a abrir ella lo miraba con atención- solo recuerdos vagos,
deje el anillo y comencé a caminar a ningún
lugar en particular, lo que menos quería era ir al Empire, luego entre a una
bar, mujeres, licos, droga- negó- no lo sé realmente– junto con decir esto, se
dio cuenta que estaba hablando más de lo necesario algo que definitivamente no
era costumbre de él, la miro con atención- ¿cómo me encontraste? ¿Qué hago
aquí? ¿Y dónde estoy? –
Ella sonríe ampliamente y a la vez divertida- por tu cara no eres
de sincerarte muy a menudo y con extraños, no?- tomo las cosas con las cuales
había estado limpiando las heridas y se levanto de la cama dirigiéndose a la
mesita de noche otra vez las dejo allí,
fue en ese momento en que él noto que ella vestía solo con una pequeño
pantaloncillo negro y una remera ajustada a su bella figura, su cabello negro
como el azabache estaba atrapado en una cola de caballo, no llevaba maquillaje
ni ninguna joya su encanto natural le iluminaba completamente, el muchacho
estaba en eso recorriéndole con la mirada, cuando escucho como ella se aclaro
la garganta volvió a su rostro y se encontró con unos ojos verdes brillantes
que antes no había notado y una sonrisa divertida mirándole- Seria bastante
decente si dejadez de mirarme como si fuera un pedazo de carne- dijo sabiendo
desde ya lo que él estaba haciendo- no me dijiste tu nombre- camino hasta un armario -
-Yo he preguntado primero- dijo el siguiéndole con la mirada
- bueno- suspiro Elena y comenzó a buscar algo dentro del
armario, hasta que logro encontrar al parecer lo que buscaba- Seguimos en Manhattan
tranquilo no te he raptado ni nada- dijo volviendo su atención a lo que hacía,
hasta que tomo algunas prendas y volvió a la cama –ten, te sentaran bien- dijo
colocándolas a los pies de la cama del muchacho- hace dos días volvía de mi
clase de teatro era bastante tarde cerca de las 2 o 3 de la mañana- ella rió
con algo de complicidad y volvió a hablarle mientras miraba por la ventana
recordando- una Hammer se detuvo algunos metros delante de mí, creo que no me
vieron fue una suerte, se abrieron las puertas y te lanzaron fuera en medio de
la calle quedaste tendido, bajaron dos tipos comenzaron a golpearte sin cesar,
uno saco una pistola y te apunto fue algo muy extraño y rápido de pronto se
escucharon algunas sirenas de polis y ellos escaparon, no te voy a decir que corrí
a ayudarte pensé que eras el típico tío malo que se gano la paliza de los
narcos – sonrió y sus mejillas se tiñeron
algo de carmesí- además tenía miedo de
que ellos regresaran y también me mataran a mí aun tengo pensado vivir unos
cuantos años mas- ambos rieron- pero al
final fui hasta ti me pase algunos
minutos tratando de que reaccionaras y nada, te ayude a levantarte y te traje
aquí- por su mirada cruzo un hito de tristeza- cuando te dije que te llevaría a un hospital, en tu inconsciencia me rogaste
que no lo hiciese, dijiste algo extraño “no dejes que ella me vea vencido” y te
desmayaste, joder!!- exclamo- y que
pesas – ella rio con alegría- te traje a mi piso y llevas durmiendo dos días en
mi cama, pensé en respetar tu decisión, si no querías ir a un hospital por algo
seria y ahora que ya estas consiente ¿Quieres que te lleve a alguno? –
-¡No!- exclamo - Quiero decir no por favor, no te
preocupes ya me siento mejor, dijo y trato de levantarse, saliendo de la cama
con algo de dificultad, Elena se acerco a y le ayudo a levantarse – Mira aquí
te deje ropa y algunas toallas – indico la pila de ropa sobre la cama- date una
ducha y luego podremos conversar – ella sonrió y le indico el baño – no es tan
grande ni cómodo, pero para mí es genial – ella sonrió y le ayudo a caminar
hasta este –
- Estoy seguro que luego de la ducha me sentiré mucho mejor,
gracias Elena- dijo el mirándole- Por cierto, soy Chuck – por experiencia de vida había aprendido que mentir a alguien
que no conocías no era nada bueno –
- Es un gusto Chuck, te esperare para que tomemos desayuno,
¿quieres?- el asintió y por primera vez en mucho tiempo sintió paz por un
momento ya no quiso ser mas Chuck Bass, el joven multimillonario dueño de la mitad
de Manhattan, no quiso tener la vida que tenia, ni que su madre que acababa de
conocer precisamente hace dos noches atrás se halla acostado con su mejor
amigo, también era extraño pero a pesar
de que su corazón estaba irremediablemente roto ya que Blair finalmente se había decidido por Humprey y no por él no sintió pesar ni dolor aunque había
decidido al fin devolver el anillo de matrimonio que mantenía ese vinculo
invisible con Blair y que esta nunca había recibido, deseo ser simplemente nadie le volvió a mirar – me
gustaría- dijo entro al baño-
-Seguro que te las puedes liar solo en el baño? – dijo ella
antes de irse – puedo pedirle a mi vecino que te venga a ayudar o llamar a
algún amigo tuyo- se escucharon las risas sinceras de Chuck desde el baño y
asomo su cabeza por la puerta- Es mi impresión o crees que soy gay? – Ambos
rieron- tranquila yo puedo solo a no ser que tú quieras ayudarme?-
sigue
soñando Chuck – la escucho decir de lejos.
Elena vivía en el último piso del edificio, su favorito, por
las mañanas se levantaba en pijama y subía con un tazón de chocolate y un libro
a la azotea, no bajaba hasta que lo tenía acabado por completo si era un libro
pequeño o tenía bastante avanzado si era
un libro extenso, mas tarde se dirigía a realizar sus prácticas para algunas
revistas. Siempre le llamo la atención la comunicación, por lo cual se hizo publicista
carrera que disfrutaba enteramente, por la noche pasaba algunas horas en la
compañía teatral en la cual participaba, nunca había tenido el dinero para
darse la gran vida pero con lo que ganaba vivía excelentemente bien, pagaba sus
deudas compraba las cosas que deseaba y mantenía una vida tranquila ,
acompañada por “Enzo” y algunos amigos de su trabajo y compañía teatral. Encendió
la televisión para ver las noticias matutinas mientras acababa de preparar el
desayuno, hace dos días atrás cuando había llegado a su habitación con Chuck no
le había reconocido hasta ya entrada la noche cuando el dormía algo más
tranquilo gracias a los sedantes que le había dado para el dolor, por un
momento pensó que tenía que ser una broma,
en todo Manhattan hablaban de los chicos del UES y no había quien, que
obviamente trabajara en las comunicaciones de la gran manzana o no tanto que no
los reconociera, casi al amanecer y cuando ya estuvo bien encendió la laptod y comenzó
a buscar la famosa pág. de “GG” de la cual tampoco era ella ajena, no se había
equivocado a quien tenia sobre su cama era el pedante, desagradable, mujeriego Chuck Bas,
cosa que tampoco le alegro mucho ya
había tenido su cuota suficiente de eso
en la vida. Tampoco le parecía llamativa su vida y ninguna de la de sus “amigos” todo el mundo
sabía que si eras inteligente optarías por mantenerte alejada de ellos, no por
temor sino más bien por salud mental propia. “Los últimos post`s estaban
dedicados enteramente al romance entre la reina B y el chico solitario y como
Chuck al final y al cabo había sido consumido por su propia soledad, GG
apostaba que se terminaría suicidando en el armario como el chico solitario lo
había vaticinado ya antes”. Como fuese y
cual fuese la razón que había colocado a Chuck en su camino, se había propuesto a mi misma a ayudarle a ver
las cosas bien otra vez siempre he sido de la idea de que todos eran
merecedores de una segunda oportunidad y mucho más cuando la vida se propuesto
arruinarte el camino, bueno y no es que Chuck Bass fuera una blanca paloma y no
es que tampoco ella lo fuera pero todos justos y pecadores merecían su cuota
de triunfo en esta vida.-
-No pude dejar de notar que tu portátil estaba en GG - Chuck
aparecía por la puerta, llevaba unos jeans oscuros y una camiseta azul que le
sentaban muy bien –
Ella le miro y asintió- lo sé, ya te conocía indirectamente
de antes, si quieres puedes tomar
desayuno conmigo o tomar tus cosas las
he dejado sobre la cama donde dormías he irte a tu mundo otra vez, no hay
problema - dijo Elena acercándose con el
tazón de café - me alegra que ya estés y
te veas mejor.
-No quiero irme Elena- dijo el mirándole a los ojos – se que
no nos conocemos, pero no quiero volver
aun, no hay nada allí para mí y tu sin
conocerme no has pedido nada a cambio, un día mas que pase aquí no se perderá
el imperio Bass- dijo tomando el tazón y sonriéndole-
-aun nada- respondió ella alzando una ceja mientras reía- he
pensado que podría raptarte y pedir una recompensa por ti, estoy segura que
alguien pagaría por tenerme de regreso….
By: TamMcQueen